Fundación AINDACE: Concurso de relatos

En el año 2021 la Fundación AINDACE (Ayuda a la investigación del daño cerebral) celebró su primer concurso de relatos para personas adultas con daño cerebral.

En 2022 amplió el espectro de participantes a personas adultas con discapacidad y personas mayores con alguna patología neurológica o daño cerebral, así como a sus familiares y/o cuidadores, cuya residencia es el Principado de Asturias.

El objetivo de este concurso básicamente es visibilizar la discapacidad y tanto sensibilizar como concienciar al público en general sobre las habilidades que tienen las personas con capacidades diferentes.

Como ya sabrás, soy discapacitado y aunque por ahora (2022) no soy una persona considerada como «mayor», tengo un daño cerebral adquirido a través de la intervención quirúrgica que tuve a causa de un cavernoma en el tronco cerebral. Ese daño cerebral provoca mi discapacidad.

Así que entro en ese grupo convocado.

Este año 2022 participé en ese concurso y aunque no resulté uno de los premiados, te cuento porqué me animé a hacerlo y cómo lo hice.

Quizás no te interese mucho la historia, pero estás invitado/a a seguir esta breve entrada.

Concurso de relatos Fundación AINDACE
II Concurso intergeneracional de relatos Fundación AINDACE

Fundación AINDACE

Como muchos, cuando no era discapacitado, conocer cosas dedicadas a la discapacidad no me importaba demasiado. Mi vida diaria ya estaba bastante completa y aunque siempre sentí respeto por el colectivo, no tenía tiempo que dedicar a otras cuestiones.

Vamos, que no me daba la vida.

Al convertirme en discapacitado y ser a través de un daño cerebral adquirido, investigando para conocer recursos que pudieran servirme de ayuda, descubrí esta fundación asturiana.

Casualmente poco después, a través de la asociación de discapacitados físicos a la que pertenezco («Llanera sin barreras«) asistí a las VI jornadas técnicas que organizaba sobre el daño cerebral la Fundación AINDACE. Unas charlas en las que profesionales hablan sobre distintos aspectos que involucran un daño cerebral.

El asistir a esa jornada me hizo profundizar algo más en lo que significa esta fundación (mediante su web).

Al cabo de unos meses me enteré que unos compañeros de «Llanera sin barreras» iban a participar en un concurso de relatos que organizaba la Fundación AINDACE. Concurso del que una de ellos resultaría ganadora.

El caso es que cuando me enteré de ese concurso ya era tarde para participar, aunque por dentro me quedó la sensación de que me hubiera gustado y decidí que lo haría si hubiese otra convocatoria al año siguiente.

Razones para participar

A parte de los objetivos generales que la Fundación AINDACE plantea para convocar éste concurso, yo tengo las mías propias.

Me gusta escribir

Es una de las razones por las que hago este blog.

Escribir es una manera de expresar mis pensamientos y compartir experiencias de manera que pueda contribuir a quien interese.

Por supuesto, no entiendo que te guste escribir si no te gusta leer. A mí también me gusta.

Mover el coco

Cuando pasé de estar trabajando, bastante activo mentalmente, a la situación de ser pensionista por incapacidad permanente en grado absoluto, una de mis obsesiones fue mantener (en lo posible) la actividad mental que tenía, ya que la física ya no podía.

Afortunadamente mis capacidades cognitivas nunca se vieron afectadas y las ganas por seguir aprendiendo se mantienen intactas (al menos en cosas que me atraen).

Escribir en un blog me «obliga» a aprender cómo crearlo, aprender algo de SEO, estructurar ideas, … en definitiva a mantener la mente en activo.

Reafirmación personal

Al dejar de trabajar tan en seco viniendo además de un ritmo bastante exigente, le queda a uno una sensación de vacío.

Ese vacío viene principalmente porque una tarea que te consumía la mayor parte del día (de lunes a viernes) tienes que dejar de hacerla de manera forzosa y sin alternativa clara. Más aun cuando esa tarea (trabajo) te gustaba y eras valorado en ella.

De repente te queda una sensación de que la valía que estabas demostrando ya no puedes (o sabes) cómo hacerlo, ahora de otra forma. De una forma egoísta se busca «demostrar».

El poder escribir un blog (con todo lo que ello conlleva) y llegar a más gente, con el sueño de que esto interese a alguien, es una forma que encontré para tratar de demostrar mi valía personal.

El escribir un relato para un concurso público también lo es. Escribir una historia, tratar de hacerlo de manera «correcta» y exponerla a los ojos del que quiera mirar, es un reto. Aunque como en mi caso no se resulte ganador.

Mi relato para la Fundación AINDACE

En las bases del II concurso de relatos de la Fundación AINDACE se decía que había que enfocar la historia en el confinamiento que hemos sufrido por la pandemia del COVID.

Pensando esto decidí hacer un relato que aunque no fuera absolutamente verdadero, si que pudiera decirse aquello de «basado en hechos reales».

Le di vueltas tanto a la forma de expresarme en el relato (que quería que fuera coloquial y cercano en lo posible) y al léxico empleado para que fuera variado.

Todo ello limitado por un tamaño de letra «Arial 11» y reducido a un máximo de tres páginas.

Después de algunas correcciones entregué esto:

Como de costumbre, estás invitado/a a comentar en esta entrada a través de la zona a disposición que verás más abajo.

En convocatorias venideras de éste concurso que lanza la Fundación AINDACE, pretendo seguir participando si la temática y mi inspiración lo permiten e ir haciendo crecer ésta entrada o complementarla con nuevas (eso se decidirá en su momento).

Mientras tanto puedes seguir navegando en este blog y puede que descubras algo que te interese 😉.

Héctor Alvarez Faedo
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